Human Bubbles


Hay algo tan cómico en la inteligencia con la que se maneja la vida... es un humor tan soberanamente inteligente que a veces me quedo riéndome atónita ante las cosas que suceden. No es un humor ácido, sino ligero, y al mismo tiempo, uno sabe que no hay ningún humorista construyendo el chiste, sino que lo que hay es aquí, un individuo para decodificar la instancia y, desde su propio prisma, leer el chiste. ¿No es fascinante?

¿Les cuento el chiste? ok, vale, no sean ansiosos. No es que me haga desear, es que amo escribir, y degustar el proceso.

Van un inglés, un francés y un español....

Noooo....

No es ese tipo de chiste. Es tan sencillo, que el humor queda como el famoso ruido del árbol al caer en medio del bosque donde no hay nadie que lo observe. Un humor no tomado, no reído por ningún observador, porque no fue detectado...

¿Alguna vez han tratado de alcanzar algo?, ¿han tratado de descubrir que “alguien”, les enseñase cómo alcanzar ese algo?. ¿Alguna vez han creído que su intuición era una mierda, que hacia donde les dirigen sus mecanismos internos y su corazón, no valen una peseta rubia, que lo que otros consiguen sí, es mucho “más mejor” que la patética ensalada de pollo que surge de sus propios movimientos?

En fin, como personas hay de todos los gustos y colores, habrá quien sí, y habrá quien no. En cualquier caso, esta tendencia a confiar más en los patrones de otro que en los propios, en algún momento se empieza a hacer tan evidente, tan estridente, tan estrambótica... que parece el sonido del timbre del instituto a las 9 de la mañana, con la jefa de estudios en la puerta. Y tú dices ¿cómo??? ¿retrocedí en el tiempo otra vez?

Parece que todavía no entendía el chiste.

En fin, he leído tantas cosas... me he fascinado tanto por tantas cosas... he puesto tantísima pasión en todo lo que hacía... pero nada es comparable al encuentro con el chiste de descubrir que todo lo que aflora dentro de ti, todo aquello contra lo que uno lucha, aquello que busca perfeccionar, y eliminar... es aquello que le está ofreciendo la oportunidad de estar profundamente vivo y sueltito de la mano de la autoridad.

La realidad te incluye a ti. No hay tal cosa como la realidad y yo, porque soy parte de la realidad. No puedo respetar a la realidad, si no me respeto a mí. Si no miro con absoluto interés lo que surge de dentro de mí, como parte de una realidad que ES, y de la que formo parte. ¿Por qué va a ser malo o erróneo pensar lo que piensas o sentir lo que sientes? Es parte de la realidad, eres parte de la realidad, soy parte de esa realidad que parece incluir una extremada variedad de potenciales a descodificar.

Y desde una profundísima ignorancia, sentirse tan chiquito ante tamaña y fabulosa inteligencia que contiene el desarrollo de la vida. Y a partir de ahí, relacionarse y descubrir, y aprender de otros y con otros elementos de la realidad, pero sabiendo que este pequeño movimiento particular de la existencia, es el que me ofrece el darse cuenta, la expansión y la belleza de super vivir.

Divina Buenaventura Estupefacta
(si quieres leerme, o escucharme,-también estoy en audio-libro, entra en www.unkido.com/libros para adquirir mis escritos)
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