Se olvida, todo el tiempo... ...sencillamente, de lo más importante... así que, se le remueven las entrañas a toda velocidad, con la misma velocidad de la prisa que la infecta. Hablo de ella, de mí, de esa otra que era yo ayer, o hace un rato. Hablo de la que tiene prisa por encontrar, por descubrir. Hablo de la que está acelerada y susurra en la cabeza, creyéndose que sabe cosas, buscando errores que recalcular, deprisa, busca, se para, se hace la lenta, pero sigue apresurada... sin saber absolutamente nada. La vida entonces comienza a movilizar el poso que sostiene a “la que tiene prisa”, haciendo que suba a la superficie lo que anida en lo más profundo. Sube, y sube el poso, y ella comienza a ver su propia incoherencia, su contradicción, su confusión... y por un primer momento, creyó que ahí había algo erróneo que cambiar... así que, se puso a buscar, con la prisa que la caracteriza... a buscar cómo podía hacer para volverse coherente, para encontrar el error y so