Divinadas: como un cerezo en flor

Deja ya de autoengañarte, corazón, deja de esforzarte por ser esa persona a la que todos pueden acudir a contarle sus problemas. Siento comunicarte que esa meta que buscas es profundamente falsa. Deja ya de buscar la aprobación de aquellos a quienes quieres, no la necesitas, ni ellos necesitan que busques su aval para tu vida. Deja ya de esforzarte por hacerle la vida mejor a los demás, disculpa que te diga que esa idea de lo que sería una vida mejor para los otros, es solo tu idea, y que ese molde no encaja más que en ti.

Deja ya de vender el egoísmo como generosidad, ya es obvio que todos esos actos solidarios y generosos, los haces para sentirte mejor contigo mismo. “Lo hago por ti”, dices, pero la verdad, la verdad de la verdad que anida en lo profundo de ti, es que lo que haces, lo haces por ti, lo haces para no sentir miedo, lo haces para no sufrir tú, lo haces para ganarte el cielo, quizás, sacrificándote por “los otros”... pero a fin de cuentas, lo haces por ti.

La buena noticia es que descubrir todo esto no te hace peor persona, sino que te hace libre, y libera a tu entorno de la atadura de tu esfuerzo por mejorar, por ser buena persona y por ayudarles. La buena noticia es que estás empezando a conocerte verdaderamente, y que esa verdad te va a hacer florecer como un cerezo en primavera. Ese florecimiento genuino es lo único que puede dar oxígeno a tu alrededor. 


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